Entradas

Mostrando entradas de julio, 2013

"El precio", poemario magistral de José Jiménez Lozano

La editorial Renacimiento de poesía edita cuidadosamente una colección de antologías desde hace ya muchos años. Este invierno ha decidido reeditar y dar a la lectura una recopilación de la.poesia de José Jiménez Lozano titulada "EL precio," como uno de los mas bellos poemas que contiene. La obra poètica de Jiménez Lozano es a mi juicio de las más importantes del siglo. Hablamos de poesía pura, es decir, de  una calidad y profundidad de lenguaje nada común,  alcanzada solamente por los mejores escritores de un idioma. Jiménez lozano, cuya poesía está, siempre según mi humilde juicio, en la cumbre de la poesía española del siglo, entrega aqui una colección de versos aúrea. Hay poemas inmejorables en inmensa cantidad,  como "Antiguo otoño"Homero" "El Amor",El Petirrojo","Ojos","Vuelo de Garza","Génesis",  el inmejorable "El precio"...y muchos clásicos mas que a este autor le han caido de las manos, como él mi

ENORME LA POESÍA DE ANNE SEXTON

Leyendo los poemas completos de Anne Sexton que la editorial Linteo publica este año se le corta a uno la respiración.Es una poesia profundìsima, de una femineidad auténtica y sincera, cuya voz se hace la de nuestra madre o la de cualquer mujer madre, cualquier esposa, cualquier niña. La pintura inigualable de toda una época, de una vida misma en la segunda mitad del siglo veinte, es de una fidelidad, de un matiz y hondura asombrosos. Probablemente sea la mejor poesìa noteamericana del siglo y sé lo que digo.No solo eso. Sexton maneja el poema de raiz surrealista de manera alucinante. Sus imágenes retratan el alma con una capacidad de vértigo.  Mucho más alla del criticismo o el realismo seco tan habitual en la poesìa americana, y mucho mas verdadera y profunda que otras autoras y autores afamados, su tan traida y llevada sinceridad lo es sobre todo del corazón y para mejor comunicar una ternura poética inigualable. Nada se dice de esta madre poeta, capaz de escribir la más bella cart

tesoros vivos de la historia de madrid: el olivar y casa de menendez pidal

Imagen
Hubo un tiempo, hace menos de un siglo, que en España, y en Madrid, los intelectuales tenían tal potencia creadora que pudieron forjar barrios, campos y enormes instituciones para la defensa de la cultura y la educación del país. De aquella época, de esos cincuenta años que jalonan el paso al siglo XX, en España, y que son una Edad de Oro en Literatura, Filosofía, Ciencias Naturales, Física, Matemática, y tantas otras artes y saberes, nos queda una memoria viva, pues las obras de estos creadores enlazados entre el 98, el 27, la República, y hasta la linde de la Guerra Civil, son tan enormes que no llegamos a la altura del betún de sus zapatos hoy en día, tras 25 años de una democracia  cateta y nuevo rica. Si uno por una casualidad va a parar a la calle Menendez Pidal, justo tras la Castellana, y topa con la casa y olivar de este sabio filólogo –uno más de una cosecha inigualable de hispanistas increíbles, que van de Alarcos LLorach a Asin Palacios, de Menendez Pelayo, con todos su

la cultura, medio para la felicidad

  Recientemente afirmaba Peter Berger que la belleza contemplada en una obra de arte o en un ser vivo produce el espacio para nuestra propia contemplación. Como si nos envolviera su proyección, dándonos estabilidad, un derecho de existir, un futuro y una consumación de nuestra vida, la obra o el ser bello alojan en su aura algo más que a sí mismos. Es una manera de decir, a fin de cuentas, que la belleza y su conjunto en la cultura es un medio para la felicidad. Lo mismo afirmaba Ignmar Bergman de Mozart: decía,  que con “La Flauta Mágica”, Mozart había hecho posible la felicidad. Y es lo que rumio últimamente: la cultura, las obras de arte, lo que los artistas ofrecen por todas partes, es efectivamente medio para la felicidad, y nada más. No es algo que haga evolucionar, ni extiende las capacidades, ni sirve a la vanidad humana, ni ahonda en el retorcido hondón del alma: todo eso lo hace el arte, pero secundariamente. Lo principal, lo que hace que la cultura sea indispensable, es